“Padre Santo,
cuida en tu Nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros.
Mientras estaba con ellos, cuidaba en tu Nombre a los que me diste; yo los
protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para
que se cumpliera la escritura.”
Cuanto me
cuesta enfrentarme ante el ser de
nuestro hermano y elegido apóstol del señor don Judas Iscariote. Cada vez que me planto ante una lectio divina
y el momento de enredarse entre los personajes
de los textos y al aparecerse el susodicho, medio que me recorre como una
urticaria en la piel y las entrañas se revolotean.
Es que muy, muy pocas
o nunca veces al leer el nombre del personaje, se me ocurre o brota un
sentimiento benigno a su presencia…y medio que me le escapo y busco en la
lectura alguien menos injuriante, descalificable, bochornoso, y salto desde la
gente del pueblo, por algún escriba o fariseo, un Mateo, un samaritano o
levita…de hermano de hijo pródigo paso hasta por Pilatos, etc. y etc., por ahí
me busco Juan o me agrando ya al creerme María, lo cierto es que no deseo
entrecruzarme con las pocas bondades que caracterizaban tu pellejo .
Por ahí es tanta la sensación o
tentación de no condenarte mi hermano que me escapo…es tal la mirada que te
tengo… que ya te estoy juzgando… si pongo una mano en tu hombro de un salto te
haces al costado y solo… solo… mejor te
parece…que no estés a mi lado…
Será todo esto, lo que haya hecho tomar la decisión que has
tomado?...habrá sido mi desprecio, la poca muñeca que tuve para trabajar en tu caso muchacho…o era el miedo y el
temor… la inseguridad quizás de no saber que se haría cuando se llevasen al
Maestro… o la simple obstinación del dinero y yo soy así; y listo!!... la
voluntad de Dios no contaba no!... a mí
nadie me cambia.
No te diste el tiempo de esperar la
crucifixión para experimentar la ESPERANZA. Ése perdón abrazador que seguramente
saboreó el buen ladrón, algún torturador soldado…hasta el sacerdote o cualquier
transeúnte murmurador y blasfemador de todo aquel cuadro.
Te cuento que después fuimos muchos más
los malhechores perdonados, te acordas del Pedro???... lloró cuando sintió cantar
por tercera vez al gallo. Pero siempre estuvo ahí firme el Cefas y una vez
pescando después de la “promesa”, (no sé si recordarás la promesa de
resurrección) le hizo tirar las redes al costado y zás!!!, 153 peces!!!!. Él ya los esperaba con unos cocinados al
fueguito parece que estaba en la orilla tirando el gancho… pobre no se salvaba
del cuestionario: me amas Pedro?... me amas más que estos?...me amas?... Tú lo
sabes todo Señor!...sabes que te quiero… y así pasaron Matías, el Pablo!,
Esteban y mirá donde estamos…
No se pa’ que te cuento esto, si el que
te tenía atado te lo debe haber hecho ver cuadro a cuadro, pero creo en tu
arrepentimiento y que quedó claro que con Cristo y con su madre no se puede…con
uno porque sabe que es Dios… y con María… puff… se debe retorcer!!, una simple
humana… Mujer… cada vez que la invocamos, imposible no vencer.
De estas cosas te perdiste…como muchos
no interpretabas las consignas-las parábolas: ¿no supiste verte una en cien?...
pues desde aquella vez, pasado un tiempo clarificaron nuestros pensamientos al
dejarnos Él, su Santo Espíritu, y así poder ver y reconocer que aunque no
quiera…muchas veces me visto de tu piel… es por eso que me pica el cuerpo al
toparme con tu ser. Que me veo reflejado en tu legado, ya sea en mi familia,
entre allegados, compañeros, mis hermanos… A veces ni mi gran esposa, ni mi
madre se apartan de mis traiciones y de engaños, hay cosas que cuestan
describirlas y otras tantas por descubrirlas…me lastima verme
negociando-jugando con la estima. Duele no saber entregarme, darme por entero,
sin la paga sin re-niego…
Sí, me re-niego, me arrebato…y si hay
algo que rescato en vos…es que te hiciste cargo hermano!!!! No buscaste excusas,
ni culpables, así con las manos sucias fuiste al árbol… qué momento… que
maldito el maldito te propuso condenarte en el apuro… te privó de esto que
necesitamos y hoy tenemos: un Espíritu clarificador, conciliador,
reconciliador, dignificante, que nos une nos empuja en los embates. Ojalá,
diosquierita que tu alma haya pasado el colador, que aunque escrachada la
imagen te ha quedao’ nos sirve de parámetro para armarnos de valor, a
arraigarse y fortalecerse en el mandamiento del Amor… que distinto hubiera sido
“entregarte” a ser entregador…
Ahora quiero hacer un alto… pues este 18
de mayo nacía en Polonia Karol Wojtyla, y aquí en Salta-Argentina mi hermano
querido Rubén Ricardo “el Ojito”, de mamá Lucía… vaya trabajito para la
astrología y las líneas zodiacales espaciales urbanísticas, pues Karol fue Papa
y mi hermano un malandra, éste por darle mucho al “Juditas” de comer… y el otro
por calzarse la capa (la Virgen) y la espada (la Palabra)… pero lo cierto que
de SANTO ninguno se escapa creo que a mi hermano un poco mas de tregua le falta
(aunque a mí me saca distancias…).
Para los que lo conocen y no lo conocen
pido oraciones…que ¡Dios te bendiga hermano del alma!!! y a usted don Karol
también le pido por él y su viejita, ah! Y no se olvide de FRANCISCO, su colega,
que siempre oraciones nos mendiga….
Diego Flores
(el Iscariote)
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