En
verano les dan vacaciones, pero no desconectan del todo, piensan en sus clases,
preparan tareas para el curso siguiente. En invierno hablan mucho, siempre
llevan caramelos de miel y limón en los bolsillos, otros con una botella de
agua a su lado. Su garganta siempre está dolorida, pero siguen enseñando, a
veces fuerzan su voz, pero siguen transmitiendo sus conocimientos con cariño e
ilusión.
Yo
los he visto, no están bien de la cabeza. Salen de excursión con sus alumnos y
se encargan de gestionar autorizaciones, recogida de dinero y responsabilidad
extra.
Qué
será de ellos. Por la noche sueñan con el colegio, se les aparecen planetas,
ecosistemas y personajes históricos. He escuchado que llegan cargados con
cuadernillos y exámenes, que han corregido la tarde antes en su casa.
Son
mujeres y hombres, casados, solteros...de diferentes edades, pero a todos les
apasiona su trabajo, ver crecer a sus alumnos, ayudarlos y conseguir de ellos
ciudadanos competentes.
Los
he visto muchas veces. Están mal de la cabeza. Algunos dicen de ellos que viven
muy bien, pero les han recortado el sueldo y siguen trabajando incluso más que
antes, algunos no miran ni su nómina porque su pasión por la enseñanza los hace
ciegos a pensar en el cobro. Disfrutan con lo que hacen, aunque haya padres que
los discutan y les quiten autoridad, ellos siguen para adelante.
Están
mal; por las tardes quedan para hacer cursos de formación y no les importa
perder tiempo de su ocio para reciclarse.
Dicen
que son autocríticos y que hacen balance de sus experiencias educativas, que se
frustran cuando no salen las cosas, que se alegran cuando sus alumnos avanzan.
Están
mal de la cabeza, yo los he visto. Dicen de algunos que fueron muy importantes,
que siempre tienen palabras de aliento; dicen que son MAESTROS y que se sienten
MUY ORGULLOSOS DE SERLO
Hugo Gauna
Publicado el lunes, 27 de junio de 2011 en la página de Facebook de Hugo Gauna
Esas palabras los leí en alguna parte y quise compartilas con ustedes. hugo Gauna
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