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lunes, 7 de octubre de 2013

Rabino Arieh y desgravio en San Ignacio

Amigos, comparto con Uds. estas palabras del Rabino Arieh Sztokman. Siempre me conmueve.
Con él compartimos el Rosh Hashaná en una sinagoga en San Miguel, Pcia. de Bs. As.
Sencillo, sincero y honesto.  Hombre de Dios.
Luis
 

 MISA EN LA PARROQUIA SAN IGNACIO DE LOYOLA

Arieh Sztokman, Rabino.

Hoy, 3 de octubre de 2013, estuve en la parroquia San Ignacio de Loyola, ubicada en Bolívar 225 Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Fui presentado ante el Cura Párroco del lugar, Pbro. Francisco Baigorria, quien, al recibirme, me regalo un caluroso apretón de mano y una inmensa sonrisa que adornó e ilumino su rostro.

Gracias a la tarea del Padre Fernando Giannetti fui ubicado en un lugar privilegiado dentro de la iglesia.

El Arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Mario Poli presidió la misa que se realizó en desagravio por las profanaciones en el histórico templo, y tuvo a su cargo la homilía.

Me agradecieron el estar presente en la misa. Me pregunté ¿Por qué me agradecen?

Estuve presente porque sentí que agredieron a mi hermano, ¿acaso no somos todos hijos de Dios, es decir del mismo Padre?, por lo tanto entiendo que debo solidarizarme con él, para que su dolor, sea de menor intensidad, dado que al compartir el dolor, este se minimiza. Así como el compartir una alegría, esta se hace más intensa.

Estuve presente porque profanaron “mi casa de oración”. El Profeta Isaías dice: “…ya que Mi Casa será llamada Casa de Oración para todos los pueblos”  (56:7), por lo tanto el lugar de oración es mi lugar.

Estuve presente porque como argentino me duele la agresión a nuestro patrimonio cultural e histórico. Quiero que se cuide lo nuestro.

Estuve presente porque como judío formo parte de un pueblo que lamentablemente sabe de agresiones y profanaciones, por ello, acompaño con mi presencia para que el agresor sepa que estamos juntos y que no queremos  más agresiones ni profanaciones.

Estuve presente porque entiendo que las pequeñas diferencias que existen, desaparecen cuando nos permitimos encontrarnos de corazón a corazón, podemos aprender uno del otro y juntos construir un mundo de paz.

Estuve presente porque quiero hacer realidad “…ama a tu prójimo como a ti mismo…” (Levítico 19:18) y de esa manera “reparar el mundo bajo el reinado de Dios”.

Muchas Gracias por haberme hecho participe.

Buenos Aires, Octubre 3 de 2013

Autor: Arq. Luis Falduti

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