“No son los sanos los que NECESITAN del
Médico” Mt. 9,12-
Mateo en cinco versículos (Mt, 9,9-13), describe
la que se armó después de la escena en la que Jesús terminó invitándose a una
“comidita” con sus discípulos porque parecía: “picaba el bagre”… Yo, que
me había quedao’ detenido mirando al paralítico caminando camilla a cuestas,
explicando él a sus compatriotas que el Maestro le había ordenado “vaya a su
casa”…ante mi impavidez pierdo tiempo y cuando llego lo encuentro comiendo, y a
los fariseos sacándole el cuero: -“porque su Maestro come con pecadores!?”-… y, a “orejas paradas”, a Jesús nadie le gana,
(igual que su Máma)…
Y es entonces que ante sus palabras: “no
son lo sanos que necesitan del Médico”, me cerraba un poco la historia del
paralítico…que muy obediente a Jesús “no vayas a andar haciendo macanas por que
te puede ir peor…”, quizás le bastaba…digo…no sé.
Lo cierto que también sorprendido yo de
verlo en “casa” del Mateo ( qué elemento!), no le doy mucha bola a los fariseos
y me mando pa’ adentro a colear un poquito de morfe y vino… el Maestro me mira
de reojo… pues bien sabe que soy muy “enfermizo” y que NECESITO… aunque mas no
sea lo que va quedando o cayendo en el piso…
Cómo me hubiera gustado tener el corazón
del Mateo que ante tu mirada y tu “sígueme”, ni lerdo ni perezoso se “levantó”
cosa que ayer no sucedió… Quizás me encuentre entre estas dos formas de ser:
paralizado en “tener”, poseer, a veces traicionando…o “encamillado”…
Seguí mirándome Señor (aunque sea de
reojo), sabes que te “necesito”, que sos
mi médico divino, que caigo y me levanto…que me cuesta dar el salto como muchos
otros, moldea mi corazón por favor “Doctorazo”!!!.
Diego Flores (el Iscariote)
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